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Public Health

5. CÁNCERES VINCULADOS AL USO DE CAMAS SOLARES

La cuestión no es nueva. Ya en 2006, el Comité Científico de los Productos de Consumo emitió un Dictamen sobre los efectos biológicos de la radiación ultravioleta (UV) de las camas solares. En él se señalaba que el uso de aparatos de bronceado por UV puede aumentar el riesgo de melanoma maligno cutáneo y, a veces, ocular. Se recomendaba que los menores de 18 años evitasen las camas solares.
Algunos años más tarde, en 2009, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) clasificó el uso de aparatos de bronceado emisores de UV como cancerígeno para los seres humanos.
Teniendo en cuenta los nuevos datos, la Comisión Europea solicitó al Comité Científico de Riesgos Sanitarios, Ambientales y Emergentes (CRSAE) que actualizase el Dictamen anterior sobre este tema.

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5. Cánceres vinculados al uso de camas solares

5.1 ¿Qué tipo de cánceres se han vinculado a las camas solares?

Está suficientemente demostrado que el uso de camas solares provoca melanoma cutáneo, carcinoma espinocelular y, en menor medida, carcinoma basocelular, especialmente si la primera exposición se produce a una edad temprana. También hay indicios de que la exposición a camas solares puede provocar melanoma ocular (cáncer de los ojos).

Hay pruebas sólidas procedentes de estudios de casos y controles, estudios de cohortes y metaanálisis que indican que los usuarios de camas solares tienen un mayor riesgo de desarrollar melanoma cutáneo y que el riesgo aumenta en función del número y la frecuencia de las sesiones. El riesgo de desarrollar melanoma es también mayor para las personas que estuvieron expuestas a las camas solares cuando tenían menos de 30 años de edad.

Además, los estudios sugieren que el uso de camas solares aporta un riesgo específico de melanoma independientemente de la susceptibilidad individual y el comportamiento al sol. Esto significa que las personas de piel oscura, que se broncean fácilmente y no se queman al sol, también pueden estar expuestas al riesgo de desarrollar melanoma a consecuencia del uso de camas solares.

5.2 ¿Qué pruebas sugieren que el uso de camas solares da lugar a diferentes tipos de cáncer?

Los estudios de casos y controles, los estudios de cohortes y los metaanálisis demuestran un riesgo mayor, estadísticamente significativo, de melanoma cutáneo asociado al uso de camas solares, con una relación dosis-respuesta proporcional al número de sesiones y la frecuencia de utilización. Los tres estudios de cohortes más recientes mostraron un aumento del riesgo de melanoma asociado con la exposición a camas solares a una edad más temprana. Además, dado que todos los análisis se ajustaron para tener en cuenta los factores del hospedador y la exposición al sol, estos sugieren también que el uso de camas solares añade un riesgo específico de melanoma independientemente de la susceptibilidad del individuo y su comportamiento al sol.

Aunque basadas en un número de estudios menor que los realizados para el melanoma, existen pruebas sólidas fundadas en estudios individuales y metaanálisis que indican que el uso de camas solares es también un factor de riesgo de carcinoma espinocelular, especialmente cuando la exposición tiene lugar a una edad temprana y, en menor medida, de carcinoma basocelular.

No hay pruebas fundadas en estudios recientes de un aumento en la incidencia de los cánceres internos asociada al uso de camas solares. Los datos disponibles no indican un menor riesgo de mortalidad general asociados al uso de camas solares; el único estudio de cohortes disponible sugiere un mayor riesgo de mortalidad de todos los cánceres considerados en conjunto. No obstante, existe un mayor riesgo de melanoma ocular asociado al uso de camas solares, especialmente si la exposición comienza a una edad temprana.