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Public Health

Efectos en la salud de las camas solares para usos cosméticos

La cuestión no es nueva. Ya en 2006, el Comité Científico de los Productos de Consumo emitió un dictamen sobre los efectos biológicos de la radiación ultravioleta (UV) de las camas solares. En él se señalaba que el uso de aparatos de bronceado por UV puede aumentar el riesgo de melanoma maligno cutáneo y, a veces, ocular. Se recomendaba que los menores de 18 años evitasen las camas solares.
Algunos años más tarde, en 2009, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) clasificó el uso de aparatos de bronceado por UV como cancerígeno para los seres humanos.
Teniendo en cuenta los nuevos datos, la Comisión Europea solicitó al Comité Científico de Riesgos Sanitarios, Ambientales y Emergentes que actualizase el dictamen anterior sobre este tema.

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3. Utilización de camas solares

3.1 ¿A cuánta radiación UV están expuestos los usuarios de camas solares?

A muchas personas nunca se les ocurriría tomar el sol de mediodía en los trópicos y, sin embargo, se calcula que las emisiones de radiación ultravioleta de un aparato moderno de bronceado tienen un índice ultravioleta de 12, es decir, el equivalente al sol de mediodía en el Ecuador, donde el sol brilla al máximo. Aunque el espectro de radiaciones UV de distintas máquinas no es idéntico, se ha producido un notable cambio hacia una irradiancia más elevada del espectro de radiaciones UVA emitido por los aparatos de bronceado.

La utilización de camas solares varía considerablemente de un país a otro y entre grupos de población: las personas de piel blanca de los países septentrionales tienden a utilizar las camas solares más que otras poblaciones, mientras que las mujeres jóvenes y de mediana edad las utilizan más que las mujeres mayores o los hombres de cualquier edad. El tipo de personas con más posibilidades de desarrollar cáncer de piel —personas de piel clara que se queman fácilmente— suelen ser el tipo de personas que más utilizan las camas solares. Muchas de ellas lo hacen creyendo erróneamente que broncearse en camas solares es más seguro que exponerse al sol.

Un metaanálisis de 2014 de datos de determinadas poblaciones de 16 países occidentales (406.696 participantes) mostró que nada menos que un 36 % de la población había utilizado camas solares al menos una vez y que esta proporción era aún mayor en la Europa septentrional y occidental. Esto es especialmente importante, ya que algunos estudios nuevos indican que incluso una sola exposición a las camas solares, especialmente siendo menor de 30 años de edad, aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel.

3.2 ¿Cómo difiere la utilización de las camas solares entre distintas poblaciones?

Según un metaanálisis de datos de 2016 a partir de determinadas poblaciones de 16 países occidentales (406.696 participantes), aproximadamente el 36 % de los adultos había utilizado una cama solar al menos una vez —la cifra era incluso mayor, un 42 %, en el caso de la Europa septentrional y occidental, un 55 % en el caso de los estudiantes universitarios, y un 19 % en el caso de los adolescentes (un 24 % en la Europa septentrional y occidental). Un 14 % del conjunto de las personas estudiadas habían utilizado una cama solar en 2016; un 43 % en el caso de los estudiantes universitarios y un 18 % en el caso de los adolescentes, con un porcentaje más elevado entre las mujeres. Se ha observado un aumento de la prevalencia de la utilización de camas solares a lo largo del tiempo; las estimaciones más recientes (2007-2012) de utilización en la exposición al bronceado al interior el año pasado ofrecieron una prevalencia el año pasado del 18 % en adultos, del 45 % en los estudiantes universitarios, y del 22 % en los adolescentes. Se trata de aumentos absolutos del 3,4 % en los adultos, del 2,1 % en los estudiantes universitarios y del 2 % en los adolescentes con respecto a los resultados de los análisis iniciales. Hay que señalar que estos datos proceden solamente de estudios estadounidenses, ya que no hay datos suficientes sobre la población europea como tal procedentes de estudios científicos publicados y revisados por pares.